martes, 24 de enero de 2017

Cirugía Digestiva

CIRUGÍA DIGESTIVA


CIRUGÍA GASTROINTESTINAL

GASTROCIRUGÍA


Estos 3 nombres se le han dado a la rama de la cirugía general que se ocupa de aquellos pacientes que sufren de una enfermedad del tubo digestivo (órganos dentro del abdomen) y requieren un tratamiento quirúrgico.

El cirujano digestivo se dedica al diagnóstico de las enfermedades del tubo digestivo y por lo tanto incluye auxiliares diagnósticos como la endoscopía, el ultrasonido y los estudios avanzados de imagen y laboratorio. Las enfermedades más frecuentes que maneja esta especialidad son la colelitiasis (cálculos en la vesícula biliar), las hernias y la apendicitis aguda.

Otra gran parte de nuestro trabajo se dedica al diagnóstico y tratamiento de tumores del tubo digestivo y enfermedades benignas del colon (colitis, enfermedad diverticular, hemorroides), entre otras.




Nuestro grupo quirúrgico en cirugía digestiva tiene la experiencia y capacidad de manejar tanto las técnicas de cirugía mínimamente invasivas (laparoscópicas) como las técnicas de cirugía abierta (tradicional), así como el apoyo de un grupo multidisciplinario y convenios con instituciones y hospitales de la región.

No dude en contactarnos si tiene alguna duda adicional.  Con gusto lo atenderemos.

Citas (984) 122-8119 o al correo cdigestivarm@outlook.com


Estreñimiento o Constipación

Estreñimiento






El estreñimiento o constipación es un problema muy frecuente en la población general. Se presenta en el 10 al 20% de la población en general, 25% en la tercera edad y en el 20% de los pacientes entre 30 y 40 años, con prevalencia en mujeres jóvenes. Se caracteriza por el hecho de evacuar menos de tres veces a la semana y generalmente se asocia a heces duras o difíciles de evacuar. También se puede hablar de estreñimiento si usted presenta dolor durante la defecación o si es incapaz de evacuar después de intentarlo o pujar durante 10 minutos o más.
Los patrones normales de las deposiciones varían ampliamente de una persona a otra. Aunque cada organismo tiene un número regular de evacuaciones, una persona saludable puede defecar sin problemas un mínimo de dos veces al díaEl paso de las heces grandes, anchas o duras puede desgarrar la membrana mucosa del ano, especialmente en los niños, lo cual puede causar sangrado y la posibilidad de una fisura anal.
El diagnóstico de estreñimiento se basa principalmente en la descripción de los síntomas por parte del paciente así como en los Criterios de Roma III, posteriormente la exploración física permite obtener mayor información para orientar el tratamiento y los estudios adicionales que se puedan necesitar. En la mayoría de los casos es necesario realizar un tacto rectal desde la primera visita. Las radiografías sólo se realizan si se sospecha obstrucción intestinal o descartar otras causas de síntomas similares.

El estreñimiento crónico (síntomas presentes por lo menos tres días por mes durante más de tres meses) asociada con molestias abdominales con frecuencia sugiere un trastorno funcional digestivo como el síndrome de intestino irritable.

Algunas causas no patológicas de estreñimiento incluyen al embarazo, la senectud, cambio de hábitos (viajes, trabajo), ansiedad o nerviosismo, sedentarismo, exceso en el consumo de cafeína o alcohol y el empleo de algunos medicamentos. Otra causa importante es la presión social ejercida desde la niñez para contener las evacuaciones.




Las causas patológicas que pueden cursar con estreñimiento incluyen tumores colorrectales, la diverticulosis, problemas de estenosis, compresiones extrínsecas, rectocele, megacolon, anomalías postquirúrgicas, fisura anal, neuropatía autonómica, enfermedad vascular cerebral, deterioro cognitivo/demencia, depresión, esclerosis multiple, Parkinson, insuficiencia renal crónica, deshidratación, diabetes mellitus, intoxicación por metales pesados, hipercalcemia, hipermagnesemia, hiperparatiroidismo, hipopotasemia (hipokalemia), hipomagnesemia, hipotiroidismo, neoplasia endócrina múltiple (NEM II), porfiria, uremia, síndrome de intestino irritable, abscesos, fístulas, hemorroides, síndrome del elevador del ano, proctalgia fugaz, prolapso rectal, vólvulo, amiloidosis, dermatomiositis y escleroderma.




Los medicamentos comúnmente involucrados en los casos de estreñimiento o constipación incluyen a los antidepresivos, antiepilépticos, antihistamínicos, antiparkinsonianos, antipsicóticos, antiespasmódicos, bloqueadores de los canales de calcio, diuréticos, inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), opiáceos, simpatomiméticos, antidepresivos tricíclicos, antiácidos, antidiarreicos, suplementos de calcio y de hierro y algunos antiinflamatorios (AINE's).
El uso de ablandadores de heces puede ser de utilidad. También el empleo de sustancias como el Psyllium puede agregar líquido y volumen a las heces facilitando su expulsión. Los supositorios o laxantes suaves, como la leche de magnesia, pueden establecer deposiciones regulares. Los enemas o laxantes estimulantes se deben reservar sólo para casos graves. Recuerde llamar al médico si presenta estreñimiento súbito con dolor o cólicos abdominales e incapacidad para canalizar los gases, así como si nota sangrado o adelgazamiento de las heces.
Recuerde informar al médico lo siguiente:
¿Cuánto tiempo ha sufrido de estreñimiento?
¿Cuántos días pasan entre dos deposiciones?
¿Empeora cuando se está estresado(a)?
¿De qué color, forma y consistencia son las heces?
¿Se presenta algún tipo de sangrado con la deposición?
¿Ha experimentado algún dolor abdominal?
¿Qué cirugías o lesiones ha tenido?
¿Qué medicamentos toma?
¿Qué otros síntomas también se presentan?




Evitar el estreñimiento por completo es más fácil que tratarlo, pero implica esfuerzo y constancia. Lo más recomendado es consumir alimentos con fibra (aunque también los excesos son malos), tomar suficientes líquidos (por lo menos 8 vasos de agua por día), hacer ejercicio regularmente y sobretodo ir al baño cuando se presente la urgencia y no esperar. Recuerde no esforzarse o pujar demasiado, ya que este hecho puede empeorar el estreñimiento y causar que aparezcan paulatinamente hemorroides y fisuras en el ano.

No dude en contactarnos si tiene alguna duda adicional o si sospecha que usted o algun familiar presenta síntomas relacionados.  Con gusto lo atenderemos.  Citas (984) 122-8119 o al correo cdigestivarm@outlook.com




Hernias

¿Qué es una hernia?





Una hernia es un saco formado por peritoneo que pasa a través de un agujero o un área de debilidad en la pared abdominal. En otras palabras, es la protrusión del contenido intraabdominal a través de los orificios (naturales o no) de la pared abdominal.

El tipo de hernia depende de su ubicación:

  • Hernia femoral: es una protuberancia en la parte superior del muslo, justo debajo de la ingle. Este tipo es más común en las mujeres que en los hombres.
  • Hernia hiatal: se presenta en la parte superior del estómago cuando una porción de éste se adentra en el tórax.
  • Hernia quirúrgica o eventración: puede darse a través de una cicatriz si usted ha tenido una cirugía abdominal en el pasado.
  • Hernia umbilical: es una protuberancia alrededor del ombligo. Sucede cuando el músculo alrededor del ombligo no se cierra completamente.
  • Hernia inguinal: es una protuberancia en la ingle. Este tipo es más común en los hombres. Puede bajar hasta el escroto.




Causas

Por lo regular se presentan tras levantar objetos pesados, hacer esfuerzo al usar el baño (pujar) o cualquier actividad que eleve la presión dentro del abdomen. Las hernias pueden estar presentes al nacer, pero es posible que la protuberancia no sea notoria hasta más adelante en la vida. Algunas personas tienen antecedentes familiares de hernias.

Los bebés y los niños pueden desarrollar hernias. Esto sucede cuando hay una debilidad en la pared abdominal. Aproximadamente 5 de cada 100 niños presentan hernias inguinales y son más comunes en los varones. Es posible que algunos niños no presenten síntomas hasta que sean adultos.

Cualquier actividad o problema de salud que incremente la presión en el tejido y los músculos de la pared abdominal puede llevar a una hernia, como:

  • Estreñimiento crónico y pujar (hacer esfuerzo) fuertemente para defecar
  • Tos crónica
  • Fibrosis quística
  • Agrandamiento de la próstata, esfuerzo para orinar
  • Sobrepeso
  • Líquido en el abdomen (ascitis)
  • Levantar objetos pesados
  • Diálisis peritoneal
  • Desnutrición
  • Tabaquismo
  • Esfuerzo excesivo
  • Criptorquidia




Síntomas


Generalmente no hay síntomas. Algunas personas tienen molestia o dolor. La molestia puede ser peor al pararse, hacer esfuerzo o levantar objetos pesados. Tarde o temprano, la queja más común es una protuberancia que es sensible y está creciendo.

Cuando una hernia se agranda, se puede atascar dentro del orificio y perder su riego sanguíneo, lo cual se denomina estrangulación. Los síntomas incluyen náuseas y vómitos y no ser capaz de eliminar gases o tener evacuaciones intestinales. Cuando esto suceda, se necesita una cirugía urgente.





Pruebas y exámenes

El médico generalmente puede ver o sentir la hernia cuando le examina. Le pueden solicitar que tosa, se agache, puje o que levante algo. La hernia puede agrandarse cuando usted hace esto. Es posible que la hernia (protuberancia) no sea fácilmente visible en bebés y niños, excepto cuando están llorando o tosiendo.






Se puede hacer una ecografía o tomografía computarizada para buscar una hernia.

Si hay una obstrucción en el intestino, probablemente se tomará una radiografía del abdomen.


Tratamiento

La cirugía es el único tratamiento con el que se puede reparar una hernia de manera permanente. La operación asegura el tejido debilitado (fascia) y cierra cualquier agujero. La mayoría de las hernias se cierran con parches. Una hernia umbilical que no sane por sí sola cuando un niño tenga 5 años de edad probablemente tendrá que ser reparada quirúrgicamente.








Expectativas (pronóstico)

Es infrecuente que una hernia reaparezca. Las hernias quirúrgicas tienen mayor probabilidad de retornar.


Posibles complicaciones

En raras ocasiones, la reparación de una hernia inguinal puede dañar las estructuras involucradas en el funcionamiento de los testículos de un hombre. Otro riesgo de la cirugía de una hernia es el daño a los nervios, que puede llevar a que se presente insensibilidad en el área de la ingle. Se puede presentar una perforación intestinal o muerte del intestino como consecuencia de una hernia no tratada oportunamente..
Cuándo contactar a un profesional médico

  • Consulte con el médico de inmediato si:
    • Tiene una hernia dolorosa y los contenidos no se pueden reintroducir en el abdomen usando presión suave.
    • Presenta náuseas, vómitos o fiebre junto con la hernia dolorosa.
    • Tiene una hernia que se torna de color rojo, púrpura, oscuro o cambia de color.
  • Llame al médico si:
    • Tiene dolor, inflamación o una protuberancia en la ingle.
    • Tiene una protuberancia o hinchazón en la ingle o el ombligo o que está relacionada con una incisión quirúrgica previa.



Prevención

  • Utilizar técnicas apropiadas para levantar peso.
  • Bajar de peso en caso de sobrepeso.
  • Aliviar o evitar el estreñimiento comiendo mucha fibra, bebiendo mucho líquido, yendo al baño tan pronto se siente ganas y haciendo ejercicio físico regularmente.
  • Los hombres deben acudir al médico si hacen esfuerzo con la micción, ya que esto puede ser un síntoma de un agrandamiento de la próstata.



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Colitis

Síndrome del intestino irritable




El síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno caracterizado por dolor abdominal y cambios en el hábito intestinal.  Este síndrome no es lo mismo que enfermedad intestinal inflamatoria (EII).

Las razones por las que se presenta este síndrome no son claras.  Puede ocurrir después de una infección intestinal, aunque puede haber otros desencadenantes, incluso el estrés.  El intestino está conectado al cerebro usando señales hormonales y nerviosas que van y vienen entre el intestino y el cerebro. Estas afectan el funcionamiento intestinal y los síntomas.  Los nervios pueden volverse más activos durante momentos de estrés, lo que puede provocar que los intestinos sean más sensibles y se compriman o se contraigan más (espasmos).




Este síndrome puede ocurrir a cualquier edad, pero a menudo comienza en la adolescencia o a principios de la vida adulta y es dos veces más común en las mujeres que en los hombres.  Aproximadamente 1 de cada 6 personas en los Estados Unidos tiene este síndrome.  Esta afección es el problema intestinal más común que lleva a que los pacientes sean remitidos a un gastroenterólogo.

Los síntomas difieren de una persona a otra y fluctúan de leves a graves. La mayoría de las personas tiene síntomas leves. Se dice que una persona tiene este síndrome cuando los síntomas han estado presentes por al menos 3 días al mes durante un período de 3 meses o más.

Los síntomas principales incluyen:

          Dolor abdominal
          Gases
          Llenura
          Distensión
          Cambios en los hábitos intestinales




El dolor y otros síntomas con frecuencia se reducirán o desaparecerán después de evacuar.  Las personas con este síndrome pueden alternar entre estreñimiento y diarrea o, en su mayor parte, tener una u otra afección.  Si usted tiene este síndrome con diarrea, tendrá heces sueltas y acuosas frecuentes.  Puede experimentar una necesidad urgente de tener una deposición, lo cual puede ser difícil de controlar.  Si usted tiene este síndrome con estreñimiento, tendrá dificultad para defecar, al igual que deposiciones menos frecuentes. Es posible que necesite hacer fuerza con una deposición y que tenga cólicos. A menudo, no se elimina nada o sólo una pequeña cantidad de materia fecal.

Los síntomas pueden empeorar durante unas semanas o un mes y luego disminuyen durante algún tiempo.  En otros casos, los síntomas están presentes la mayor parte del tiempo.  Usted también puede presentar inapetencia si tiene este síndrome.

No hay un examen para diagnosticar el síndrome del intestino irritable.  La mayoría de las veces, el médico puede sospecharlo y solicitar estudios sólo para descartar alguna otra enfermedad:

          Estudios de sangre
          Coprocultivo y/o coproparasitoscópico
          Estudios de imagen (rayos X, ultrasonido o tomografía)
          Colonoscopia

Una vez confirmado el diagnóstico el objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas.  Los cambios en el estilo de vida pueden ser útiles en algunos casos de síndrome del intestino irritable. Por ejemplo, el ejercicio regular y el mejoramiento en los hábitos de sueño pueden reducir la ansiedad y ayudar a aliviar los síntomas intestinales.  Los cambios en la alimentación pueden ser útiles.

No hay una dieta específica que pueda recomendarse para este síndrome porque los síntomas pueden cambiar de una persona a otra.  Sin embargo usted puede evitar la cafeína, el té o las bebidas de cola e incrementar la fibra en la dieta. 

El síndrome del intestino irritable puede ser una afección de por vida. Para algunas personas, los síntomas son incapacitantes y reducen la capacidad para trabajar, viajar y asistir a eventos sociales.  A menudo, los síntomas se pueden mejorar o aliviar a través de tratamiento.  Este síndrome no lleva a una enfermedad grave.




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Referencias

1.    Ferri FF. Irritable bowel syndrome. In: Ferri FF, ed. Ferri's Clinical Advisor 2016. Philadelphia, PA: Elsevier Mosby; 2015:723-4.
2.    Mayer EA. Functional gastrointestinal disorders. In: Goldman L, Schafer AI, eds. Goldman's Cecil Medicine. 25th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2016:chap 137.

3.    Wilkins T, Pepitone C, Alex B, et al. Diagnosis and management of IBS in adults. Am Fam Physician.2012;86(5):419-26. PMID: 22963061 www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22963061.

Colelitiasis

Colelitiasis

La colelitiasis se define como la formación de cálculos o depósitos duros (como piedras) dentro de la vesícula biliar.  Estos cálculos pueden ser tan pequeños como un grano de arena o tan grandes como una pelota de golf.  La causa de los cálculos biliares varía. Hay dos tipos principales de estos cálculos:

I.     Cálculos compuestos de colesterol, los cuales son el tipo más común.

II.    Cálculos compuestos de bilirrubina, que se denominan pigmentarios




Los cálculos biliares son más comunes en las mujeres, en personas mayores de 40 años y en personas con sobrepeso.  Estos cálculos también pueden ser hereditarios.  Existen otros factores como la diabetes, el embarazo, la cirrosis hepática, los cambios bruscos en el peso corporal y los anticonceptivos orales, entre otras cosas.

Muchas personas con cálculos biliares no tienen ningún síntoma.  Los cálculos biliares con frecuencia se descubren cuando se realizan estudios de imagen.  Sin embargo, si un cálculo grande bloquea uno de los conductos se puede presentar un dolor de tipo cólico en la mitad hasta la parte superior derecha del abdomen, lo cual se conoce como cólico biliar.  El dolor desaparece si el cálculo pasa o si se libera la obstrucción.  Los síntomas que se pueden presentar abarcan:

         Dolor en la parte superior derecha o media del abdomen durante al menos 30 minutos. El dolor puede ser constante o de tipo cólico. Puede ser agudo o sordo.
          Fiebre
          Coloración amarillenta de la piel y de la esclerótica de los ojos (ictericia)
          Náuseas y vómitos




Los exámenes empleados para detectar la presencia de cálculos biliares o inflamación de la vesícula biliar incluyen:

          Ecografía abdominal (ultrasonido)
          Tomografía computarizada abdominal
          Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE)
          Gammagrafía de la vesícula biliar con radionúclidos
          Bilirrubina en sangre y/o orina
          Pruebas de función hepática
          Enzimas pancreáticas

La mayoría de las veces, la cirugía no es urgente, aunque es necesaria para garantizar que los síntomas desaparezcan.  La técnica que se utiliza más comúnmente se denomina colecistectomía laparoscópica.  En este procedimiento, se hacen incisiones quirúrgicas pequeñas que permiten una recuperación más rápida.  Las personas a menudo pueden salir del hospital para irse a casa 1 día después de la cirugía.  Se pueden llevar a cabo una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) y un procedimiento llamado esfinterotomía para encontrar o tratar cálculos biliares atorados en los conductos (colédoco).

Es posible que usted necesite hacer una dieta líquida o tomar otras medidas para darle a su vesícula biliar un descanso.  Las probabilidades de que se presenten síntomas o complicaciones a partir de cálculos biliares es baja si se hacen las cosas a tiempo y bien.




Como en cualquier procedimiento agudo, existen riesgos o posibles complicaciones que incluyen infecciones, colangitis, pancreatitis, dolor en la parte superior del abdomen, fuga de bilis entre otros.

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Referencias

1.    Fogel EL, Sherman S. Diseases of the gallbladder and bile ducts. In: Goldman L, Schafer AI, eds.Goldman's Cecil Medicine. 25th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2016:chap 155.

2.    Jackson PG, Evans SRT. Biliary system. In: Townsend CM Jr, Beauchamp RD, Evers BM, Mattox KL, eds. Sabiston Textbook of Surgery. 19th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2012:chap 55.

Apendicitis Aguda

Apendicitis.


Se conoce como apendicitis a la inflamación, generalmente aguda, del apéndice cecal (un pequeño saco que se encuentra adherido al intestino grueso).




La apendicitis es una causa muy común de cirugía de emergencia. El problema generalmente ocurre cuando el apéndice resulta bloqueado por heces, un cuerpo extraño o, en raras ocasiones, por un tumor.




Los síntomas de la apendicitis pueden variar.  Puede ser difícil diagnosticarla en las primeras horas, en niños pequeños, ancianos y mujeres en edad fértil.  El primer síntoma a menudo es el dolor alrededor del ombligo.  Es posible que también se presente inapetencia, náuseas, vómitos y fiebre baja.  El dolor tiende a desplazarse a la parte inferior derecha del abdomen y tiende a concentrarse en un punto directamente sobre el apéndice llamado el punto de McBurney.  Esto ocurre con mayor frecuencia de 12 a 14 horas después del comienzo de la enfermedad.




Si la enfermedad avanza y el apéndice se perfora usted puede tener menos dolor por un corto tiempo y puede sentirse mejor; sin embargo, el dolor puede empeorar, principalmente al caminar, toser o hacer movimientos súbitos.  Los síntomas tardíos incluyen:

          Escalofríos y temblores
          Diarrea y/o estreñimiento
          Fiebre
          Náuseas y vómitos


El Score (escala) de Alvarado puede ayudarnos a tomar decisiones en casos de apendicitis aguda 

La forma como usted describa los síntomas puede llevar a su proveedor de atención médica a sospechar de apendicitis.  El médico realizará un examen físico.  Si usted tiene apendicitis, el dolor aumentará cuando presionen suavemente sobre el cuadrante inferior derecho del abdomen.  Si el apéndice se ha roto, tocar la zona del vientre puede causar mucho dolor y llevar a que usted apriete los músculos.  Una exploración rectal puede encontrar sensibilidad en el lado derecho del recto.  Un examen de sangre con frecuencia mostrará un conteo alto de glóbulos blancos.  Los estudios imagenológicos (ultrasonografía y/o tomografía) también pueden ayudar a diagnosticar la apendicitis.  Los exámenes utilizados para diagnosticar la apendicitis no son perfectos.

La mayoría de las veces, un cirujano deberá extirpar el apéndice tan pronto como sea posible.  La mayoría de las personas se recuperan rápidamente después de la cirugía si el apéndice se extirpa antes de que se rompa.




Si el apéndice se rompe antes de la cirugía, la recuperación puede tardar más tiempo.  También es más probable que usted presente otros problemas, tales como:

          Abscesos residuales y/o colecciones intraabdominales
          Obstrucción del intestino/íleo postoperatorio
          Infección dentro del abdomen (Sepsis abdominal/peritonitis)
          Infección de la herida

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Referencias

1.  Bundy DG, Byerley JS, Liles EA, Perrin EM, Katznelson J, Rice HE. Does this child have appendicitis?JAMA. 2007;298:438-451. PMID: 17652298  www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17652298.
2.    Sifri CD, Madoff LC. Appendicitis. In: Bennett E, Dolin R, Blaser MJ, eds.  Mandell, Douglass, and Bennett's Principles and Practice of Infectious Diseases. 8th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Churchill Livingstone; 2014:chap 80.
3.    Smith MP, Katz DS, Lalani T, et al. ACR Appropriateness Criteria® Right Lower Quadrant Pain-Suspected Appendicitis.  Ultrasound Q. 2015;31:85-91. PMID: 25364964  www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25364964.

4.   Wolfe JM, Henneman PL. Acute appendicitis. In: Marx JA, Hockberger RS, Walls RM, et al, eds.Rosen's Emergency Medicine: Concepts and Clinical Practice. 8th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Mosby; 2014:chap 93.